jueves, 24 de octubre de 2013

El lapiz hace visible lo invisible



Lo valioso de los Congresos no son únicamente las conferencias o ágoras, los momentos de “pasillo”, cafés o comidas pueden descubrirnos temas interesantes y acercarnos a las sensibilidades de nuestros compañeros.
En esta ocasión, Manuel Saga me ha introducido en un mundo totalmente desconocido para mí: el comic

En concreto me ha hablado de Scott McCloud y la pirámide que ha creado para clasificar a los diferentes dibujantes según su grado de abstracción. Por un lado, la abstracción en el sentido filosófico tradicional: creando un eje que va de lo particular a lo general, y que en el caso de las imágenes va de la más realista a la más caricaturesca; por otro, la abstracción en el sentido clásico de la teoría del arte: con un eje que va de la imagen realista a la imagen compuesta de elementos geométricos simples. 

Los cómics han sido poco estudiados, considerados “cosas de niños”, se olvida su potencialidad. Will Eisner los define como “arte secuencial”, Scott va más allá: “Ilustraciones y otro tipo de imágenes yuxtapuestas en secuencia deliberada, con el propósito de transmitir información y obtener una respuesta estética del lector” y al leer esto he pensado…¿Puede el comic servir como representación de una deriva? 


Al perdernos derivando por una ciudad estamos creando una historia, registrando una serie de hechos secuenciales que nos cuentan algo, nuestra experiencia a lo largo del camino, nuestra mirada del espacio. Al contrario que en un video o en una película, no es necesario dibujar o registrar cada segundo, podemos seguir el recorrido realizado uniendo diferentes “instantes congelados” del mismo modo que podemos interpretar el proceso de caernos uniendo una viñeta en el que alguien tropieza y en la siguiente se encuentra en el suelo. De este modo, contamos más en menos cantidad.

El registro de una deriva mediante la expresión gráfica permite una descripción mucho más personal que mediante la fotografía. El trazo puede expresar distintos caracteres: tranquilidad, angustiada, salvaje… Los dibujantes de comic lo utilizan para crear personajes con distintas personalidades: inocentes (Disney) o neuróticos (Crumb). Del mismo modo,  con el trazo podemos expresar como es una ciudad o, mejor dicho, como nos sentimos nosotros en ella: inseguridad, racionalidad, caos… El lápiz nos permite hacer visible lo invible.


Si os interesa el tema, podeís leer el articulo que Manuel Saga ha publicado recientemente en "Ciudad Viva": "La ciudad en el cómic y el triangulo de McCloud"

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